En su salsa, ante un auditorio conformado por la derecha estadounidense, el Presidente no ahorró palabras como “corruptos” y “prebendarios” al referirse a todos los sectores de la sociedad argentina.
Con cada día que pasa, incluso con el transcurrir de las horas, Javier Milei se muestra más desaforado, sin límites en cuanto a atacar a todo a aquel o aquello que se oponga a sus caprichos de gestión.
Lo volvió a demostrar en Washington, durante su discurso ante la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), donde debió sentirse muy a gusto para despotricar contra políticos de todas las tendencias, empresarios de todos los sectores, sindicalistas y hasta medios de comunicación argentinos.
Al iniciar su disertación, Milei saludó a los presentes presentándose como «el león» e ironizó diciéndoles que se «agrandó un poco el barrio» en alusión a quienes lo catalogaban como «fenómeno barrial». «Lindo día para hacer temblar a la izquierda», exclamó y comenzó a explicar algunos postulados económicos que rigen su pensamiento.
El Presidente aseguró que no se va «a rendir en hacer Argentina grande de nuevo», pidió a los estadounidenses que «no entreguen su libertad» y reconoció las «grandes resistencias» que tuvo que enfrentar por parte de los sectores que «defienden sus privilegios» cuando quiso implementar «reformas estructurales» en Argentina.
«No nos vamos a rendir en hacer Argentina grande de nuevo», aseguró Milei en el encuentro anual que reúne a referentes de la derecha de Estados Unidos, donde también pidió que en ese país «no dejen avanzar el socialismo, no avalen la regulación, la idea de fallos de mercado, no permitan el avance de la agenda asesina (del aborto) y no se dejen llevar por los cantos de sirena de la justicia social».
Dijo venir «de un país que compró todas esas ideas» y afirmó: «Quiero dejarles un mensaje de optimismo: Argentina parecía un país de ovejas condenado a la pobreza que nos llevan los socialistas, pero cuando inicié mi carrera política dije que no venía a guiar corderos, sino a despertar leones. Cada día despertamos más leones».
Milei recordó que las «dos primeras grandes medidas» que tomó en su gestión fueron «reformas estructurales» a través del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 y el proyecto de Ley «Bases» con el objetivo de «dar más libertad a los argentinos».
Pero «nos encontramos con grandes resistencias por parte de los que se benefician de este sistema», aseguró, y criticó a los «políticos corruptos que priorizan sus privilegios», a los empresarios «prebendarios», a los medios de comunicación que están «muy enojados» por la suspensión de la pauta oficial y a los sindicalistas que «se ocupan de sus negocios, antes que de la gente».
«Argentina entró al Siglo XX siendo uno de los países más ricos del mundo y hoy está 140 en el ranking mundial con más de 50 por ciento de pobres y más de 10 por ciento de indigentes. Cuando uno mira la cantidad de regulaciones uno entiende por qué. Dentro de nuestros equipos de gobierno hemos descubierto por el momento 380 mil regulaciones que traban el funcionamiento económico», apuntó.
El Presidente aseguró que «promover el libre comercio es promover la paz», insistió en que el empresario es «un benefactor social y la base de la prosperidad» y sostuvo que los monopolios «trajeron reducción de la pobreza y bienestar».
Además, volvió a disparar contra «la aberración de la justicia social», la «agenda asesina del aborto», el posmarxismo y el ecologismo que «plantea la lucha del hombre contra la naturaleza».
Para cerrar su discurso, exclamó tres veces su característico lema «Viva la libertad carajo».