El comunicado, firmado por los ministros de Finanzas y titulares de Bancos Centrales del G20 pidieron al organismo multilateral que revea la política de sobrecargos. Además, afirmaron que el Directorio del FMI continúa discutiendo el tema.
Los países solicitan un alivio financiero al FMI.
Como parte de las reuniones del G20 que se están realizando esta semana en Washington, los Ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales de los países que lo integran le pidieron al FMI que revise su política de sobrecargos, en apoyo un reclamo impulsado por la Argentina.
Este miércoles, en una conferencia de prensa, la directora gerente del organismo multilateral, Kristalina Georgieva dijo que todavía no habían tomado una decisión en relación a la política de sobrecargos. La economista búlgara afirmó que el Directorio lo discutió informalmente en septiembre y que algunos integrantes habían manifestado su preocupación por la estabilidad financiera del organismo. Sin embargo, anticipó que las revisiones periódicas continuarán.
El ministro de Economía Martín Guzmán junto con el representante de la Argentina ante el FMI, Sergio Chodos, en una de las reuniones que se desarrollan esta semana en Washington.
“Agradecemos al FMI su actualización sobre la política de sobrecargos y esperamos con interés seguir debatiendo en el Directorio Ejecutivo del FMI en contexto de la revisión interina de los saldos precautorios”, indicó el comunicado del G20. El pedido apunta a los sobrecargos que el organismo cobra a los países que acceden a un financiamiento superior a la cuota que aportaron al organismo.
Qué es la sobretasa que cobra el FMI
Según explica el FMI en su web, los créditos que brinda a los países tienen dos tipos de tasas de interés. La primera, es el costo de los derechos especiales de giro (la moneda del FMI), que se determina en el mercado y que tiene un nivel mínimo de 5 puntos básicos a la que se suma un margen, que hoy está en los 100 puntos básicos (1 punto porcentual).
A eso se añade la sobretasa, que varía según el monto y el plazo de reembolso del crédito. Para calcularla, se tiene en cuenta la cuota de cada país dentro del fondo. Esto es, el aporte que cada miembro hace al organismo, y se lo compara con el financiamiento solicitado.
Como las cuotas no se actualizan desde 2016 (cuando se instrumentó un cambio aprobado en 2010), el producto económico mundial crece y la nominalidad de las economías también. Por eso, las necesidades crediticias de los países se incrementan y el “acceso excepcional” es cada vez más frecuente y afecta a muchos países.
El G20 pide que lleguen más “fondos pandemia” a países como la Argentina
El comunicado de los ministros de Finanzas y banqueros centrales expresó la necesidad de redirigir voluntariamente una parte de la nueva asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG) hacia los países de ingresos medios y bajos. En esa línea, le solicitaron al FMI que establezca un nuevo Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad para financiar a largo plazo a ese tipo de economías.
Se trata de una propuesta que impulsaron conjuntamente los gobiernos de la Argentina y México. En declaraciones públicas, Georgieva indicó que el FMI está evaluando la posibilidad de instrumentar una vía para la redistribución de los “fondos pandemia”.
“Celebramos la asignación general de DEG implementada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) el 23 de agosto de 2021, que ha puesto a disposición el equivalente a 650.000 millones de dólares en reservas adicionales a nivel mundial”, sostuvo el comunicado. Y agregó: “Apreciamos los recientes progresos realizados por el FMI para ofrecer opciones viables a los miembros con fuertes posiciones externas para canalizar voluntariamente una parte de sus DEG asignados, de acuerdo con las leyes y regulaciones nacionales, para ayudar a los países vulnerables”.
En línea con la propuesta argentina, los países del G20 expresaron: “Pedimos al FMI que establezca un nuevo Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad (RST, por sus siglas en inglés) -en consonancia con su mandato- para proporcionar financiación asequible a largo plazo para ayudar a los países de bajos ingresos, a los pequeños Estados en desarrollo y a los países vulnerables de ingresos medios a reducir riesgos futuros para la estabilidad de la balanza de pagos, incluidos aquellos derivados de las pandemias y el cambio climático”.