Los argentinos amanecimos el jueves con una noticia que nadie en el mundo quería escuchar: un conflicto bélico que, sin embargo, parecía inevitable. Luego de 24 horas de tensión, en la madrugada del viernes hubo un nuevo ataque.
Luego de varias semanas de versiones periodísticas y de varios días de tensiones diplomáticas, los argentinos amanecíamos este jueves con una noticia que todavía conmociona al mundo: el ingreso de tropas de la Federación Rusa a territorio de Ucrania, por orden de Vladimir Putin.
Las primeras noticias que, a pesar de todo, causaban al menos sorpresa tenían que ver con vehículos militares rusos, muchos de ellos blindados, que atravesaban en simultáneo la frontera norte ucraniana, el noreste y, sobre todo, la región este de ese país, considerado prorruso.
En la mayoría de esas zonas se producían escaramuzas entre fuerzas invasoras la guardia fronteriza de Ucrania, y como “resultado de los disparos de cohetes (…) desde el territorio de Crimea ocupada, murió un guardia fronterizo”, informaban las autoridades ucranianas.
Poco después se aseguraba que al menos tres militares ucranianos habían muerto en el inicio de la invasión rusa, detallando que las bajas se registraban en la frontera con la península de Crimea, en el sur del país.
“Cerca de 50 ocupantes rusos fueron liquidados cerca de la localidad de Shchastia”, en el este de Ucrania, decía más tarde el Estado Mayor del Ejército ucraniano mediante un comunicado. Simultáneamente, “más de 40 militares murieron y varias decenas resultaron heridos. También hay una decena de civiles muertos”, anunciaba a la prensa Oleksiy Arestovich, consejero del presidente de Ucrania.
Antes del mediodía y cuando las noticias sobre combates recorrían el mundo, líderes europeos iniciaban la ronda de repudios a la invasión rusa, anunciando una serie de fuertes sanciones económicas pero que, por el momento, no involucraban movilizaciones militares por parte de potencias de la OTAN, como Alemania, el Reino Unido y Francia.
Además, varios países pedían a sus ciudadanos en Ucrania que abandonaran el país ante la posibilidad de un ataque masivo por parte de las fuerzas comandadas por Putin. Al mismo tiempo, miles de habitantes de Kiev hacían largas colas ante los medios de transporte para iniciar un éxodo que continúa, hacia Polonia, Hungría y Rumania.
En tanto, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, general Igor Konashénkov, aseguraba a la televisión de su país que “tras los ataques aéreos de las fuerzas armadas rusas, 74 instalaciones militares terrestres (ucranianas) quedaron fuera de servicio. Esto incluye a once aeródromos de la fuerza aérea”. Rusia buscaba así neutralizar cualquier intento organizado de defensa por parte del ejército local.
Toma de Chernobyl
Con el inicio de la tarde y tras algunos combates, tropas rusas que ingresaron al país por Bielorrusia -país fronterizo aliado a Rusia- ocuparon la zona de la central de Chernobyl. En su avance aparentemente imparable, fuerzas rusas también tomaban el aeropuerto militar cercano a Kiev.
El G7, que agrupa a las economías más poderosas del mundo, condenaba la invasión rusa y aseguraba que el ataque constituye “una seria amenaza para el orden internacional, con ramificaciones más allá de Europa”.
Manifestaciones en Rusia, en contra de la invasión a Ucrania
Entrada la tarde, decenas de manifestantes que protestaban contra la invasión eran detenidos en Moscú y San Petersburgo. De acuerdo a medios periodísticos, Putin había comunicado la orden de prohibir todo tipo de manifestación en el marco de conflicto.
Luego de que el Ministerio de Defensa ruso calificara la acción militar como “un éxito”, el Reino Unido cerraba su espacio aéreo a la aerolínea Aeroflot, congelaba haberes de grupos bancarios y de fabricantes de armas y sancionaba a magnates rusos, por ejemplo impidiéndoles el ingreso a las islas británicas, anunciaba el primer ministro Boris Johnson.
Alberto Fernández se manifestó sobre la invasión de Rusia a Ucrania
Poco después de las 15 de este jueves, Alberto Fernández lamentaba “la escalada bélica” en la zona de conflicto y pedía “a la Federación de Rusia que ponga fin a las acciones emprendidas y que todas las partes involucradas vuelvan a la mesa del diálogo”.
“Lamento profundamente la escalada bélica que conocemos a partir de la situación generada en Ucrania. El diálogo y respeto a la soberanía, la integridad territorial, la seguridad de los Estados y a los derechos humanos garantizan soluciones justas y duraderas a los conflictos”, afirmaba el presidente argentino.
“Seguimos atentos la evolución de los acontecimientos y en ese contexto dispusimos plena asistencia a las y los argentinos residentes o pasajeros en Ucrania”, añadía Fernández por medio de las redes sociales oficiales.
En consonancia con sus aliados de la Unión Europea y en rueda de prensa, el presidente norteamericano Joe Biden ratificaba fuertes sanciones económicas y financieras, incluyendo el congelamiento y bloque de fondos de empresas y bancos rusos en su país. No obstante, aseguraba que no inviaría tropas estadounidenses a la zona de conflicto.
El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, calificaba al mandatario ruso como “dictador” y “cínico”. A su vez, el presidente galo, Emmanuel Macron, se comunicaba telefónicamente con Putin para advertirle sobre «sanciones masivas» por parte de UE y reclamarle “el fin inmediato de las operaciones militares.
Por su parte, un comunicado publicado por el servicio de prensa del Kremlin precisaba que los mandatarios habían desarrollado «un intercambio serio y franco de puntos de vista» sobre la situación, a la vez que Putin había dado a Macron «explicaciones exhaustivas» de los motivos y circunstancias sobre la decisión de lanzar la operación militar.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, actualizaba el número de muertos en 137, tras lo que sería el primer día de la invasión de Rusia a Ucrania. “137 héroes, nuestros ciudadanos”, indicaba el mandatario sobre los caídos en combate.
Avance de fuerzas rusas sobre Kiev
Entrada la noche y luego de disparar más de 160 misiles contra objetivos militares ucranianos, las fuerzas rusas avanzaban rápidamente desde Bielorrusia hacia la capital ucraniana, alertaba un alto funcionario del Pentágono. “Básicamente tienen la intención de decapitar al gobierno e instalar su propia forma de gobierno, lo que explicaría este avance inicial hacia Kiev”, estimaba a medios de los Estados Unidos.
Con su abrumadora superioridad militar, voceros del Ejército ruso, en tanto, aseguraban haber destruido los sistemas de defensa antiaérea de Ucrania y dejado “fuera de servicio” las bases aéreas del país, afirmando también que “la población civil no tiene nada que temer”, aunque se habían informado varias decenas de civiles fallecidos durante los ataques.
En este marco, en la madrugada del viernes se reportaron varias explosiones en diversas zonas de la capital de Ucrania.